Netanyahu, el hábil jugador del ajedrez político
Santi Capellera i Rabassó
*periodista
El diario El Mundo, en su edición del pasado día 12, publicaba
una crónica firmada por Sal Emergui, su corresponsal o enviado especial en Jerusalén, que
no me resulto creíble del todo. Me parecía un poco atrevido publicar una
información que no llevaba más fuente de contraste que las noticias de un canal
de televisión de Israel que (en aquel momento) ningún portavoz autorizado había confirmado. Todo eso, añadido a la poca credibilidad que me merecen las informaciones
de este periódico, siempre interesadas y sesgadas a su conveniencia, cuando no falsas.
Cabe recordar las múltiples querellas que este vergonzoso medio amarillísimo ha
perdido por centenares de denuncias por publicar informaciones no verídicas,
como viene siendo su costumbre habitual de embadurne de la vida política desde
hace años, sobre todo en los entornos que no le son simpáticos o políticamente
afines. La última la de los informes falsificados de las cuentas andorranas del expresidente catalán Jordi Pujol y familia y anteriormente las otras falsas
informaciones sobre supuestas cuentas en el extranjero del presidente Artur Mas
o del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, por las que también fueron denunciados. Por eso inmediatamente dudé de esa información, ya que este
medio no es precisamente muy amigo de la causa israelí –como no lo es de la que
promueve la soberanía nacional catalana-
ni mucho menos defensor del sionismo que encarnan líderes como Netanyahu.
Por eso me di una vuelta por los medios israelíes que suelo consultar, entre
ellos el diario Haaretz y ahí también lo vi publicado, aunque mucho
menos redundante y agresivamente de como lo explicaba el rotativo español.
No
convencido por esas informaciones -que como profesional no consideré suficientemente contrastadas- me remití a un buen amigo y colega periodista con responsabilidades en el gobierno del Estado de Israel, que me aportó una versión de la
noticia mucho menos sesgada. Y cabe decir que la versión paralela coincide en
algunos aspectos, sobre todo en los del cabreo generado con la presencia de Netanyahu en la
manifestación de París, pero sobre todo en esos y no tanto en otros explicados más livianamente.
Pero dejemos las fuentes y analicemos la información y los motivos por los que fue publicada: ¿por qué
motivo no iba a ir Netanyahu a una manifestación de protesta contra el
terrorismo y por la libertad de opinión y expresión, si, en definitiva, como
cabeza visible del estado de Israel y máximo representante de este se veía
afectado por el asesinato indiscriminado de cuatro personas hebreas? (no sólo
francesas). Está muy bien lo de reclamar libertad de expresión. Y lo de
reivindicar las figuras de los dibujantes. Como analista político y periodista
de opinión estoy en esta línea y no me apartaré ni un milímetro, naturalmente.
Haya sido quien haya sido el ejecutor de los asesinatos. Pero, ¿en el súper? ¿por
qué? si ahí no había dibujante alguno. Ni viñetas contra Mahoma ni lápices de
colores...sólo comida judía! Sí, allí lo único que había eran judíos comprando
su comida especial. Pues a eso fueron: a cargarse a los judíos. Y la jacobina
Francia, la pro palestina Francia, se vio entre la espada y la pared en sus
políticas de aproximación a unos y a otros. Porque tienen el problema en casa,
ya que los argelinos para ellos más que franceses hoy todavía son un problema
político y sobretodo social en un claro ejemplo de inadaptación al cabo de tres
generaciones de franceses de este origen. Y como estos odian sobre todo al
judío por adoctrinamiento islamista hecho en la misma Francia (sin control
exhaustivo de sus imanes más peligrosos, o poco control comparado con el que
debería de haber), sistemáticamente el judío es "el culpable de todos los
males del mundo...", (me suena tanto!), y van a cargarse todo lo judío,
judíos incluidos, naturalmente.
Entonces
y en aquel marco, a los responsables del ejecutivo francés la presencia del
máximo exponente político hebreo les era una gran controversia, una piedra
gorda en el zapato. A la manifestación de París no se invitaba a nadie. Todo el
mundo se auto invitaba, como hicieron Mas y Trias, por ejemplo. O el resto de
representantes políticos (Obama se excusó "por falta de seguridad en
un espacio amplio y concurrido", otro gol a Hollande y Valls en el tema de
relaciones internacionales). Pero, resultó que al único que le pidieron, no ir,
sino, no ir, fue a Netanyahu. Vaya mano izquierda! Y claro, ante su negativa ¿cómo se lo iban a
impedir...?, tratándose de una manifestación a favor de la libertad... Si hasta
fueron Rajoy y Fernández Díaz, que en su día cerraron el periódico Egunkaria y, entre
otros despropósitos relacionados con la falta de libertad de expresión,
quisieron impedir un acto de clarisima libertad de expresión como que los catalanes
manifestaran su opinión libremente en unas urnas, lo que ha valido al presidente
de la Generalitat y a dos consejeras una imputación por no se sabe cuántos
delitos. Unos que asisten a clamar por la libertad de expresión a la vez que
impulsan la Ley "mordaza" para acallar cualquier atisbo de protesta
social. Unos que programan la detención de abogados como medio para que sus
clientes se queden sin derechos de defensa. Unos que actúan a través de
operaciones policiales al servicio de los titulares de prensa y de los medios de
comunicación para obtener réditos políticos para el PP a pesar de sus métodos
de recorte de libertad. Si hasta fueron esos hipócritas, amigos del diario El
Mundo, y se manifestaron en abrazos públicos con el ministro de interior
francés -que es otro de su mismo talante-, ¿cómo le iban a negar a Netanyahu la
presencia allí para homenajear a los asesinados por el fanatismo y la barbarie?
Pues la respuesta de los mandatarios franceses, su chapuza política, fue contrarrestar esa presencia con la de
algunos indeseables que me voy a ahorrar citar. Netanyahu en París les fue un claro
estorbo para sus intenciones de seguir medrando (la puta y la Ramoneta lo llamamos en Catalunya)
en el plano internacional. Y encima el hebreo les marcó un claro gol al reprocharles
que además de la libertad de expresión lo que allí había era unos inocentes
anónimos asesinados por unos fanáticos sin ningún motivo más que el de ser judíos.
Y Francia, clamando a la libertad de expresión... ¿Y la libertad de expresión
de los pobres que terminaron sus días en la tienda kosher? ¿Y sus derechos
humanos?
La
segunda derrota de los socialistas franceses (lo de socialistas es un decir,
como les pasa a los de su misma militancia en el estado que tienen al sur) fue que el presidente israelí invitase a todos los
judíos de Francia a trasladarse a vivir a la tierra que por muchos aspectos les es propia.
Netanyahu-Obama, 3 Hollande-Valls, 0! Entonces, y con esta goleada que les deja
en evidencia en todos los sentidos, se pone en marcha toda la maquinaria propagandística para intentar dejar a
Netanyahu a la altura del betún. Criticándole la acción de haber invitado a los suyos a
volver a casa. Pero ni así lo han conseguido. Ellos y él saben que si se van
los judíos de Francia, este país baja muchos, muchos enteros en todos los
aspectos. Y por eso lloran y lo publican como agraviados por el "ogro" del Likkud:
la culpa parece que es de Netanyahu, no del terrorismo islamista anti judío y de
su incompetencia como políticos. Pero el líder de Israel es un hombre muy
listo, y políticamente muy hábil, mucho. Y tiene un equipo a su alrededor que
es de división de honor en la liga de la política mundial. Le guste a quien sea o no le guste.
El tablero de ajedrez político para él es, -lejos de ser un camino tortuoso- una autopista
de seis carriles en la qué sortea peones, alfiles, torres, caballos y, como en este caso,
enardecidos reyecitos republicanos. Y les ha dado la vuelta, a pesar su
influencia en la UE y en la ONU para lograr votos en contra de Israel y a favor del reconocimiento de Palestina como estado. A pesar de ellos y de los "amigos"
de dentro de casa, que también los tiene, como tantos enemigos fuera.